La migraña es una enfermedad subdiagnosticada, Frecuente, discapacitante en los entornos: laboral, social y familiar y en algunos casos mal tratada. En Guatemala según estadisticas de 2019 el dolor de cabeza (cefalea) se encuentra ubicada en el septimo lugar de todas las enfermedades en general, existen varias docenas de tipos de cefaleas, cada uno de ellos con diferente tratamiento de alli la importancia de un acertado diagnostico para una eficaz terapeutica, en el presente articulo nos limitaremos a comunicar una de los mas comunes la “migraña” todos los medicamentos deben ser prescriptos bajo indicacion y supervision medica. Los medicamentos usados para aliviar el dolor de la migraña actúan mejor cuando se toman ante el primer síntoma de una nueva migraña, en cuanto comienzan los signos y síntomas de una migraña. Algunos de los medicamentos que se pueden usar para tratarla son los siguientes:
Los medicamentos para aliviar la migraña que combinan cafeína, aspirina y paracetamol pueden ser útiles, pero por lo general solo para el dolor leve de migraña.
Las personas con enfermedad de las arterias coronarias, presión arterial alta o enfermedad renal o hepática deben evitar las dihidrogergotaminas.
Medicamentos preventivos
Los medicamentos pueden ayudar a prevenir las migrañas frecuentes. Si tienes dolores de cabeza frecuentes, duraderos o severos que no responden bien al tratamiento, el médico podría recomendarte medicamentos preventivos.
Los medicamentos preventivos tienen como objetivo reducir la frecuencia con la que se presenta una migraña, la gravedad de los ataques y su duración. Algunas opciones son:
La epilepsia, ataques o convulsiones como comunmente se les nombra, es la primera causa por la cual asisten los pacientes a centros de atención de alta especialidad de neurologia en Guatemala
Para que una persona sea diagnosticada de epilepsia debe haber padecido al menos dos crisis no provocadas.
En la actualidad los tratamientos para las crisis epilépticas son muy eficaces. En algunos casos se pueden eliminar las causas y en la mayoría se pueden controlar las crisis. En casi todos los casos se puede mejorar la calidad de vida de las personas que padecen epilepsia.
Los tratamientos de las crisis epilépticas incluyen:
Es fundamental que un neurólogo trate la enfermedad y aconseje sobre el mejor procedimiento a seguir según cada caso.
Constituye el tratamiento básico de todos los pacientes con epilepsia y engloba los llamados fármacos antiepilépticos. Estos fármacos persiguen eliminar la aparición de crisis con los mínimos efectos secundarios posibles. Están diseñados para restaurar el equilibrio químico de las neuronas y tomados con regularidad pueden reducir, controlar o incluso eliminar las crisis epilépticas. Los fármacos logran control de crisis en aproximadamente entre el 70 y el 80% de las personas.
Normalmente el tratamiento se inicia con medicamentos para detener las crisis epilépticas. Los medicamentos para las crisis son los antiepilépticos, son el tratamiento más común para las crisis. Han sido una forma eficaz de tratamiento durante muchos años.
Aunque es posible que los medicamentos no curen las crisis epilépticas, si se toman con regularidad pueden ayudar a controlarlas, reduciendo o eliminando las crisis. Los medicamentos antiepilépticos pueden controlar las crisis, al menos temporalmente, en aproximadamente entre un 70 y el 80%.
Éstas son algunas de las cosas que debe saber sobre los medicamentos para las crisis epilépticas:
No todos los medicamentos funcionan igual en todas las personas. La mayoría de las personas no tienen efectos secundarios graves con los farmacos antiepilepticos. Muchas personas experimentan efectos secundarios leves o que desaparecen pocos días después de empezar a tomar el tratamiento. Hay distintas medicinas para los diversos tipos de crisis epilépticas.
Es posible que el médico le diga que vaya dejando de tomar la medicación si no tiene crisis durante varios años. No debe dejar de tomar la medicación ni cambiar de dosis sin hablar primero con su médico neurólogo.
Use esta lista cuando reciba un nuevo medicamento. Haga lo que le pide cada pregunta. Luego marque la casilla contigua.
Es una tecnica ya disponible en guatemala, algunos pacientes no logran remitir sus crisis epilépticas a través de tratamientos farmacológicos por lo que los neurólogos deciden recurrir a las intervenciones quirúrgicas. Después de probar varios antiepilépticos es posible que el médico le recomiende una operación. Con la cirugía se pretende encontrar y eliminar la zona del cerebro donde se originan las crisis causando el menor daño cerebral posible.
Puede que precise una operación por otras razones. También es posible que se le opere para eliminar algo que está causando las crisis, por ejemplo un tumor cerebral.
Habitualmente solo se opera una epilepsia cuando:
En Guatemala esta se establece en conjunto con un nutriologo o nutricionista, la finalidad de esta dieta es tomar alimentos que puedan ayudar a controlar las crisis. Se suele utilizar en algunos casos complicados durante la infancia y consiste en un plan de comidas que provoca un cambio químico en el cuerpo. La alimentación se basa en un alto nivel de grasas (aceites, mantequillas, mayonesa…) escasas proteínas (huevo, pescado, carne…) y prácticamente nada de hidratos de carbono (pasta, pan, dulces…)
La finalidad de esta dieta no es controlar el peso sino suministrar alimentos que pueden ayudar a controlar las crisis.
Consiste en un plan de alimentación que provoca un cambio químico en el cuerpo. Este cambio puede ayudar a reducir los ataques epilépticos en los niños.
En la dieta cetógena se incluyen alimentos que son:
La dieta cetógena se utiliza generalmente en niños, cuando ya se han probado medicamentos sin beneficio.
Controla o reduce las crisis en 2 de cada 3 niños.
La dieta debe cumplirse rigurosamente, tiene que ser hecha por un dietista y el paciente controlado periódicamente por su médico.
Este tipo de tratamiento en guatemala se establece en conjunto con un experimentado neurocirujano se emplea para casos de crisis focales que no se pueden controlar con medicación y donde no existe ninguna lesión cerebral evidenciable.
Consiste en el envío de información al cerebro a través de leves pulsaciones eléctricas emitidas de forma regular.Normalmente el paciente debe continuar tomando su medicación. Se puede tratar en personas mayores de 12 años.
El estimulador del nervio vago:
Algunas de las cosas que usted puede hacer para ayudar a controlar sus crisis son:
Padecer epilepsia puede afectar a sus sentimientos. Algunas preguntas que se plantean sobre los aspectos emocionales de las epilepsias son:
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es positiva, puede necesitar ayuda. Algunas de las cosas que puede hacer son:
Es importante diferenciar entre dolor ocasionado por inflamacion, lesion o comprension de un nervio, por la inflamacion de una viscera que generalemnte requieren tratamietno quirurgico , el psicologico por un daño tisular potencial y el conocido como nociceptivo que es secundario a un abuso en la mecanica de los musculos y otros tipos de estructuras que permiten el movimiento, a este ultimo grupo va dirigido el presente articulo todas las terapias disponibles en guatemala. La diferencia entre el tipo de dolor es crucial para establecer un diagnostico certero, las terapias que acontinuacion se detallan tienen poco credito en la medicina occidental sin embargo resultan utiles como cuadyuvantes en el manejo integral de un paciente con dolor cronico recurrente.
La alimentación tiene una consecuencia directa en la calidad del sueño, pero no se trata solamente de lo que se ingiere, sino también en qué momento se hace.La definición de alimentación es el proceso de adquirir nutrientes esenciales para el desarrollo de las funciones del organismo y esto incluye el sueño, “Existe una relación entre el descanso y la alimentación. Es importante lo que ingerimos y cuándo lo hacemos porque se debe identificar en qué momento es oportuno comer algo que nos dé energía, por ejemplo”, Los expertos explican que se trata de una especie de relación simbiótica en la que los alimentos influyen en la calidad del sueño, pero también el descanso condiciona el apetito.
“Podemos estar en medio de un círculo vicioso o un círculo virtuoso, es decir que si comemos mal, dormimos mal y luego despertamos y volvemos a comer de forma inadecuada; sin embargo, al alimentarnos bien, tendremos un buen descanso y al despertar tendremos el deseo de nutrirnos apropiadamente”, comentan los expertos en medicina del sueño. La reducción en la calidad del sueño aumenta la producción de una sustancia llamada ghrelina, la cual provoca un aumento de apetito, al mismo tiempo que disminuye la cantidad de leptina, sustancia que brinda sensación de saciedad.
“Hay varios alimentos que perturban el sueño como las bebidas estimulantes, entre las que se encuentra el café, las bebidas carbonatadas de cola y el té, las cuales deben consumirse en horarios diurnos porque dan energía, ya que todas tienen un principio activo llamado metilxantina que estimula el sistema nervioso y antagoniza con los receptores de adenosina, una sustancia muy importante para mantenerse dormido”.
Los alimentos picantes pueden perjudicar el sueño porque aumentan la temperatura corporal y en la dinámica del sueño se tiene que bajar la temperatura de cuerpo para que sea reparador.
Otros comestibles como el chocolate, la menta y los productos ricos en grasa también pueden interrumpir el descanso ya que promueven la hipersecreción de jugos gástricos, lo que podría acarrear lo que popularmente se conoce como reflujo.
“Alimentos como el frijol o las legumbres producen flatulencia, y hay incomodidad, condiciones bajo las cuales se perturba el ciclo de sueño. Mientras que el apio, la berenjena y la cebolla son diuréticos, es decir que podrían provocar deseos de ir al baño a media noche e interrumpir el descanso”.
Las bebidas alcohólicas pueden inducir el sueño porque tienen un efecto relajante, pero afectan la calidad del descanso ya que no proveen de un sueño reparador.
Los embutidos son otro alimento cuyo consumo no se recomienda en horario nocturno ya que contienen una sustancia llamada tirosina, la cual promueve la secreción de adrenalina, una hormona que mantiene al cuerpo en estado de alerta, según el especialista en medicina del sueño.
Otra recomendación es que las personas se encarguen de saber si tienen intolerancia a la lactosa, a la fructosa o al gluten, ya que algunos por desconocimiento consumen estos alimentos en horario nocturno, sin saber que estos les causarán molestias que también les dificultarán conciliar el sueño.
Los alimentos descritos anteriormente deben consumirse al menos seis horas antes de ir a dormir para evitar que interfieran con el descanso, aunque está consciente que esto no siempre es posible.
“Existen fenómenos que en la actualidad han perturbado el hecho de que podamos comer lo correcto en el horario adecuado. Un ejemplo son las actividades sociales en las que se promueve consumir alimentos que perturban el sueño en horarios. El ritmo laboral, que provoca momentos de ansiedad, así como la situación económica son otros factores que podrían impedir seguir las recomendaciones; sin embargo, se aconseja establecer una rutina de hábitos dietéticos e identificar los horarios óptimos para el consumo de cada comida tomando en cuenta los alimentos que producen más energía y mantienen al cuerpo en estado de alerta .Lo mejor es comer tres horas antes de acostarse y evitar el consumo excesivo de alcohol.
Existen alimentos que son ricos en triptófano, un aminoácido que el cuerpo no produce por sí mismo y está relacionado con la producción de melatonina, hormona que es importante para regular los ciclos de sueño y vigilia.
Estos son los alimentos con grandes concentraciones de triptófano que usted podría consumir en pequeñas cantidades en la cena para ayudarse a descansar mejor: Platanos, Piña, Aguacate, Leche, Huevos, Pescado; frutos Secos, Carne Magra.
Los alimentos que tienen Omega 3 también pueden tener efectos positivos en el descanso, en ese sentido el aguacate y el pescado son altamente recomendados ya que incluyen ambos nutrientes, mezclar estos alimentos con carbohidratos, en pequeñas cantidades, como tubérculos -yuca o papa, entre otros- o granos -trigo o arroz, por ejemplo- ayudan al organismo a absorber el triptófano de mejor manera.
Aunque hay nutrientes asociados con la conciliación del sueño, la realidad es que no se trata de un remedio mágico que lo pondrá a dormir. Los alimentos mencionados anteriormente son solo una ayuda.
– No escuchan, no se fijan.
– Se les olvida, no retienen, o pierden la información sobre lo que tiene que hacer.
– No interiorizan las normas.
– Saben hacer muchas cosas pero no son capaces de llevarlas a término. Hay que estar encima de ellos para conseguirlo.
– El ambiente, el contexto, la situación no les sirve para controlarse, no les llega la información sobre qué es lo adecuado, qué debe hacer o que se espera de él en ese momento.
– Dicen lo primero que se les ocurre, hacen lo primero que piensan.
– Todos los estímulos les entretienen, no saben poner un filtro para atender solo al pertinente y al adecuado a la situación.
– No son capaces de atender mucho tiempo a una sola tarea que les suponga esfuerzo mental.
– No aprenden por las consecuencias.
– No anticipan lo que va a pasar. No evalúan las consecuencias de sus acciones.
– Desconocen que pueden recordar el pasado para saber cómo actuar.
– El castigo no les sirve para aprender a comportarse bien.
– No tienen un tiempo de espera, un tiempo de reflexión antes de actuar.
– Cuando más necesario es que estén quietos, más inquietud les entra.
– No tienen conciencia del tiempo, ni regulan el mismo: o van muy rápido en tareas que se requiere ir despacio, o van muy despacio en tareas en las que se puede ir rápido.
Si todo esto les ocurre en cualquier tipo de tareas: aseo, limpieza, orden, alimentación colaborar en casa y no digamos en hacer los deberes, las dificultades aumentan cuando aparecen las emociones tanto positivas como negativas. Entusiasmo, alegría, frustración cansancio, rabia, miedo… Las emociones les invaden y les desbordan complicando la situación, para el niño y los adultos que le intentan ayudar.
Los padres pueden y deben tener estrategias que ayuden y faciliten que su hijo aprenda a regularse y autocontrolarse. Para ello hay que centrarse en trabajar principalmente en torno a los siguientes puntos:
Aquí nos vamos a centrar en las técnicas de Internalización de los procesos.
Al igual que cuando los adultos tenemos que aprender una nueva tarea que no sabemos, por ejemplo conducir, o esquiar, o un nuevo paso de baile… contratamos a un monitor que está a nuestro lado, que nos va indicando qué hacer y sobre todo cómo hacerlo y en muchas ocasiones incluso es necesario que nos indique cuándo hacerlo, en esta técnica se trabaja exactamente eso. Quizás durante más tiempo que otros niños, los niños con TDAH van a necesitar una guía externa de conducta, es decir, un adulto que les indique que cómo deben comportarse y cuando. Lo importante en este caso son: la actitud y las expectativas.
Los padres sabemos hacer esto, es algo que hacemos de forma natural en los aprendizajes de nuestros hijos. Cuando son pequeños y sabemos que no saben hacer una cosa, se la enseñamos, para que la aprenda. Estamos disponibles, tenemos paciencia, nos alegramos de los éxitos y los valoramos, al igual que les ayudamos cuando no les sale bien y les animamos a seguir.
El problema es que con los niños con TDAH, cuando ya tienen una edad en la que ciertos comportamientos deberían estar adquiridos, queremos que lo hagan solos y lo hagan cuando les demos la orden.
Pero ya sabemos que aunque lo sepan hacer (por ejemplo vestirse o recoger los juguetes) también sabemos sus dificultades de auto-control así que hasta que aprendan a controlarse, puedes ayudarle convirtiéndote en un control externo de su conducta, es decir que seas su Guía.
Procura que cuando le des una orden, él repita la instrucción que se le ha dado, para que no se pierda, aumentando así la probabilidad de que cumpla con el cometido que se le ha ordenado al pararse y dedicarle un tiempo a pensar lo que tiene que hacer.
Esto consiste en que los padres se conviertan en un modelo para el niño. Demostrarle que cualquier persona tiene o se encuentra con dificultades, que comete errores y busca soluciones para resolverlos. Los padres deben por lo tanto hacerle ver a su hijo que ellos también tienen esos problemas y que lo que hacen para hacer mejor las cosas es seguir las fases de las auto-instrucciones:
¿Cuál es mi problema?
Tengo que pensar un plan para solucionarlo ¿cuál va a ser mi plan?
Me lo repito en voz alta para que no se me olvide.
¿Estoy utilizando mi plan?
¿Cómo me ha salido?
Reforzarme por lo bien que lo he hecho y por haber utilizado mi plan.
Para poner esto en práctica, lo más sencillo es aplicarlo a actividades frecuentes del día a día, por ejemplo para que no se les olviden las llaves, para recordar que hay que ir a hacer la compra, que hay que recordar preparar la bolsa para ir al gimnasio o cuando el coche tiene poca gasolina y hay que buscar una gasolinera próxima. En todas estas situaciones, se puede practicar esto haciendo el ejercicio en voz alta, para ofrecer un modelado cognitivo. Demostrándole al niño que las personas piensan en voz alta, se hacen estas preguntas y sus contestaciones para conseguir realizar su plan con éxito.
Si los padres ofrecen un modelo cognitivo los niños llegan a imitarlo y a integrarlo como una herramienta de solución de problemas.
Las auto-instrucciones consisten en ayudar a tu hijo a que cuando se encuentre ante un problema o una dificultad tenga la capacidad de pararse y pensar antes de actuar o tomar decisiones precipitadas:
Me paro > Observo > Pienso > Decido > Actúo > Evalúo
Además, puedes enseñarle que el proceso para pensar debe comprender las siguientes reflexiones antes, durante y después de la acción:
Lo mejor para llevar a cabo este ejercicio es plantearlo como si fuese un juego, y puede consistir tanto en recordar el pasado como en imaginarse el futuro.
Jugad a recordar una situación similar a la que tengáis que enfrentaros. Por ejemplo, cuando tenéis que ir a la consulta del médico: “vamos a recodar cuando hemos ido a esa misma consulta o algún otro sitio donde hemos tenido que esperar.” ¿Qué pasó? ¿Qué hacemos cuando nos pasa eso? ¿Qué hacen entonces los adultos?… Lo que puede llevar a hablar sobre que tardan en recibirnos, que nos toca esperar mucho, que se aburre y entonces empieza a saltar o a tocar todo y a protestar, que molesta a las otras personas… Que mamá/papá nos avisa que no está haciendo caso, que se enfada y al final le castiga…”.
En resumen, se trata de volver a traer a su mente esas situaciones que ya ha vivido. Hacerle preguntas para que sea él quien las vaya respondiendo, y sobretodo, llegar a ¿qué podemos hacer hoy para que no pase otra vez? Espera siempre a que sea él quien de las soluciones y admite aquellas que veas que vayan a ser eficaces y que sean pertinentes. En el caso de que no se le ocurra a tu hijo ninguna solución o sean “descabelladas”, ve sugiriéndole tú otras opciones.
Si se prefiere hacer el ejercicio con el futuro, debes plantear el ejercicio de la misma forma pero hablando de lo que podría suceder si…: “Vamos a imaginarnos qué pasaría si en esta situación tu tuvieras esta dificultad… ¿Cómo lo podrías solucionar? ¿Vamos a ver qué pasaría si tu hicieras eso?”.
Estos son algunos de los ejercicios que como padre puedes poner en práctica con tu hijo para ayudarle a reducir el impacto negativo del TDAH en las diferentes situaciones de su vida. Facilitarán que haya una mayor comprensión, una relación de apoyo y colaboración entre los adultos y los hijos, evitando así que se produzcan contantes peleas y tensiones en el ambiente familiar.
A menudo, los problemas de aprendizaje tanto en infantes como en adolescentes pueden tratarse con éxito dependiendo del grado de involucramiento de los padres y la experiencia del equipo profesional, el problema en guatemala es altamente prevalente en muchos de los casos por el sistema pedagogico sin embargo hay un grupo de paciente que merecen un descarte de causas organicas . El objetivo de la terapia es permitir que los jóvenes vivan con sus limitaciones de la manera más productiva posible. Generalmente, el tratamiento consta de cuatro pasos:
Con tantas diferencias entre los adolescentes que tienen déficits de aprendizaje, el tratamiento debe ser personalizado. Anticipe cambios frecuentes en la trayectoria hacia una mejoría, a medida que un medicamento es reemplazado por otro o usted cambia de terapia a mitad del tratamiento porque la técnica conductual que esperaba que ayudara a su hijo o hija no llenó sus expectativas. Este es un campo en el que incluso los expertos admiten libremente que nadie tiene todas las respuestas.
Dicha terapia tiene indicaciones especificas, estudios de gabiente basales y de control que deben seguirse como parte de un protocolo repsonsable en el manejo integral de pacientes candidatos al inicio de las mismas.
Tener un problema de aprendizaje no significa que un estudiante vaya a calificar para los servicios de educación especial. Lo que decide la elegibilidad, es la brecha existente entre su rendimiento académico actual y su potencial académico e intelectual, según lo determinan las pruebas. Una diferencia significativa entre estas dos cosas garantizaría los servicios especiales.
Al momento de llegar a la escuela intermedia, es probable que solo aquellos adolescentes a quienes se ha diagnosticado con problemas graves de aprendizaje se les envíe a sitios alternativos, que por lo general ofrecen salones de clases pequeños y un plan de estudios que combina las destrezas académicas y vocacionales. Los estudiantes con discapacidades leves o moderadas casi siempre permanecen en el sistema escolar convencional. Sin embargo, es probable que se les asigne un asiento especial dentro del entorno del salón de clases o que reciban instrucciones especiales para ayudarles a aprender, dependiendo de sus necesidades. A continuación, se incluyen algunos ejemplos de las medidas especiales que podrían implementarse en un salón de clases regular:
No existen medicamentos que puedan curar el Trastorno del Especto Autista (TEA) ni tratar los síntomas principales. Sin embargo, existen medicamentos que pueden ayudar a algunas personas que tienen un TEA a funcionar mejor. Por ejemplo, algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los altos niveles de energía, la incapacidad para concentrarse, la depresión o las convulsiones.
Es posible que los medicamentos no afecten a todos los niños de la misma manera. Es importante trabajar con un profesional de atención médica que tenga experiencia en el tratamiento de niños con TEA. Los padres y profesionales de atención médica deben vigilar de cerca el progreso y las reacciones del niño mientras toma los medicamentos para asegurarse de que cualquier efecto secundario del tratamiento no supere los beneficios.
También es importante recordar que los niños con TEA pueden enfermarse y lastimarse igual que los niños que no tienen TEA. Los exámenes médicos y odontológicos regulares deben ser parte del plan de tratamiento del niño. A menudo, es difícil saber si el comportamiento del niño está relacionado con el TEA o es provocado por otra afección. Por ejemplo, golpearse la cabeza puede ser un síntoma de TEA o puede ser una señal de que el niño tiene dolores de cabeza. En estos casos, se necesita un examen físico minucioso. Vigilar un desarrollo saludable significa prestar atención no solo a los síntomas relacionados con el TEA sino también a la salud física y mental del niño.
Las investigaciones muestran que los servicios de tratamiento de intervención temprana pueden mejorar considerablemente el desarrollo del niño.Los servicios de intervención temprana ayudan a los niños desde que nacen hasta los 3 años (36 meses) de edad a aprender destrezas importantes. Los servicios incluyen terapia para ayudar al niño a hablar, caminar e interactuar con los demás. Por lo tanto, es importante hablar con el médico de su hijo lo antes posible si piensa que su hijo tiene un TEA u otro problema del desarrollo.
Incluso si a su hijo no se le ha diagnosticado un TEA, podría reunir los requisitos para recibir servicios de tratamiento de intervención tempana.
Además, el tratamiento de síntomas particulares, como la terapia del habla para los retrasos en el lenguaje, no requiere que espere hasta recibir un diagnóstico formal de TEA. Si bien la intervención temprana es extremadamente importante, la intervención puede ser útil a cualquier edad.
Existen muchos tipos de tratamiento disponibles. Por ejemplo, el entrenamiento auditivo, el entrenamiento con pruebas discretas, la terapia con vitaminas, la terapia antilevadura, la comunicación facilitada, la musicoterapia, la terapia ocupacional, la fisioterapia y la integración sensorial.
Generalmente, los distintos tipos de tratamiento se basan en sistemas internacionales implementados en muy escasos centros en guatemala pueden dividirse en las siguientes categorías:
De acuerdo con los informes presentados por la Academia Estadounidense de Pediatría y el Consejo Nacional de Investigación, los enfoques en torno al comportamiento y la comunicación que ayudan a los niños con TEA son aquellos que ofrecen estructura, dirección y organización para el niño, además de participación familiar.
Un enfoque de tratamiento destacable para las personas con TEA se denomina análisis conductual aplicado (ABA, por sus siglas en inglés). El ABA ha sido aceptado ampliamente por profesionales de atención médica y se ha utilizado en muchas escuelas y centros médicos de tratamiento. El ABA fomenta los comportamientos positivos y desalienta los negativos a fin de mejorar una variedad de destrezas. Se hace seguimiento y se mide el progreso del niño.
Otras terapias que pueden formar parte de un programa completo de tratamiento para los niños con TEA incluyen las siguientes:
El DIR se centra en el desarrollo emocional y de las relaciones (los sentimientos, las relaciones con los cuidadores). También se centra en la forma en que el niño lidia con la vista, los sonidos y los olores.
El método TEACCH utiliza pistas visuales para enseñar destrezas. Por ejemplo, las tarjetas con imágenes pueden ayudar a enseñarle a un niño cómo vestirse dividiendo la información en pasos pequeños.
La terapia ocupacional enseña destrezas que ayudan a la persona a vivir de la manera más independiente posible. Estas destrezas pueden incluir vestirse, comer, bañarse y relacionarse con las personas.
La terapia de integración sensorial ayuda a la persona a lidiar con la información sensorial, como lo que ve, escucha y huele. La terapia de integración sensorial puede ayudar al niño al que le molestan ciertos sonidos o que no quiere que lo toquen.
La terapia del habla ayuda a mejorar las destrezas de comunicación de una persona. Algunas personas pueden aprender destrezas de comunicación verbal. Para otras, el uso de gestos o paneles con imágenes es más realista.
El sistema PECS usa símbolos con dibujos para enseñar destrezas de comunicación. Se enseña a la persona a usar símbolos con dibujos para hacer preguntas y responderlas, y tener una conversación.
Algunos tratamientos nutricionales han sido elaborados por terapeutas de reputación confiable. Sin embargo, muchos de estos tratamientos no cuentan con la base científica necesaria para hacer una recomendación general. Un tratamiento no comprobado puede ayudar a un niño, pero no a otro.
La mayoría de las intervenciones biomédicas contemplan cambios en la alimentación. Estos cambios incluyen eliminar ciertos tipos de alimentos de la dieta de un niño y la utilización de suplementos vitamínicos o minerales. Los tratamientos nutricionales se basan en la idea de que las alergias a los alimentos o la falta de vitaminas o minerales causan síntomas de TEA. Algunos padres creen que los cambios en la alimentación pueden provocar cambios en la manera en que un niño siente o actúa.
Si usted está pensando en cambiar la alimentación de su niño, hable primero con su médico. O hable con un nutricionista para asegurarse de que su niño está recibiendo vitaminas y minerales importantes.
No existen medicamentos que puedan curar los TEA ni tratar los síntomas principales. Pero existen medicamentos que pueden ayudar a algunas personas con los síntomas relacionados. Por ejemplo, algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los altos niveles de energía, la incapacidad para concentrarse, la depresión o las convulsiones.
Para aliviar los síntomas de TEA, algunos padres y profesionales de atención médica utilizan tratamientos que están fuera de lo que el pediatra recomienda habitualmente. Estos tipos de tratamiento se conocen como tratamientos complementarios y alternativos (CAM, por sus siglas en inglés). Pueden incluir alimentación especial, quelación (un tratamiento que busca eliminar los metales pesados, como el plomo, del cuerpo), sustancias biológicas (p. ej., la secretina) o técnicas manipulativas del cuerpo (como la presión profunda).
Estos tipos de tratamiento generan mucha controversia. Antes de comenzar uno de estos tratamientos, analícelos minuciosamente y hable con el neurólogo de su hijo.
Aunque un médico psiquiatra puede ser el mas idoneo para el manejo de esta condición, es fundamental descartar diagnosticos diferenciales de causas organicas por un neurólogo por lo que el trabajo en equipo resulta trascendental cuando de abordar depresion se trata, cuya incidencia en guatemala va en aumento por aspectos socioeconomicos principalmente. Se han empleado distintos fármacos antidepresivos: los tricíclicos, y los antidepresivos y los más modernos que actúan aumentando la disponibilidad de los principales neurotransmisores que intervienen en la depresión.
Los modelos cognitivos emplean la metáfora del hombre como sistema de información, es decir, similar a un ordenador. El hombre procesa información del medio antes de emitir una respuesta, clasifica, evalúa y asigna significado al estímulo que recibe en función de su conjunto de experiencias que tiene almacenadas en su memoria, provenientes sus experiencias anteriores de interacción con el medio y de sus creencias, suposiciones, actitudes, visiones del mundo y autovaloraciones.
La terapia cognitiva afirma que en los trastornos emocionales surgen de los pensamientos irracionales. Si se analizan los pensamientos que están detrás de un comportamiento y se le hace lógico y racional, el problema psicológico se solucionará. Existe una distorsión sistemática en el procesamiento de la información, de este modo la perturbación emocional depende del potencial de los individuos para percibir negativamente el ambiente y los acontecimientos que les rodean.
Los objetivos a conseguir durante la terapia cognitivo conductual son:
Estos pasos incluyen técnicas cognitivas de cambio del contenido del pensamiento y conductuales, que cambian los comportamientos del paciente. En las primeras fases del tratamiento se suelen emplear técnicas conductuales a fin de acercarse al nivel de funcionamiento que tenía el paciente antes de la depresión. Conseguido esto se van utilizando un mayor número de técnicas cognitivas que requieren un razonamiento abstracto y que van a servir como acceso a la organización cognitiva del paciente, para buscar distorsiones cognitivas base en los pensamientos negativos y automáticos.
Entre las técnicas conductuales podemos reseñar: la programación de actividades y asignación de tareas graduales, la práctica cognitiva y el entrenamiento asertivo. En las técnicas cognitivas destacamos en entrenamiento en observación y registro de cogniciones, demostrar al paciente la relación entre cognición, afecto y conducta, etc.
La intervención irá completada de técnicas de reatribución y para modificar imágenes, así como de distintos procedimientos para aliviar los síntomas afectivos.
El tratamiento sobre el que más estudios se han hecho y que ha mostrado su eficacia de forma más contundente, mostrándose incluso más eficaz que el tratamiento farmacológico, ha sido el tratamiento cognitivo conductual.En el año 1996 Jacobson y otros realizaron un estudio sobre cuales de los componentes de la terapia cognitivo conductual eran los que influían en la mejora que proporciona la terapia cognitivo conductual, llegando a la conclusión que la activación conductual es el factor fundamental.
Hicieron tres tratamientos a grupos equivalentes. En el primero solamente emplearon la activación conductual. En el segundo la activación conductual y la discusión de los pensamientos y en el tercero la terapia cognitivo conductual para la depresión completa. En todos consiguieron los mismos resultados positivos. Con ello, demostraba que el tratamiento de activación conductual era tan eficaz como el tratamiento cognitivo conductual de Beck y que, en realidad, era su componente fundamental. Estos estudios se han replicado varias veces.
La idea de la depresión de la que parte la activación conductual es que la persona ha dejado de recibir refuerzos de su entorno y es esa falta de refuerzos lo que le produce la depresión. Por eso, la activación conductual consiste en un proceso terapéutico que propone al paciente realizar conductas observables que probablemente le llevarán a un entorno que le refuerce y, de esta forma, produzca las mejoras correspondientes en pensamientos, estado de ánimo y sobre todo en calidad de vida
La activación conductual, considera que uno de los elementos que llevan a las personas a dejar de recibir refuerzos en la vida cotidiana son los miedos, por ejemplo, miedo al rechazo, miedo al fracaso, etc. De esta forma se explica la frecuencia en la que aparecen la depresión y la ansiedad conjuntamente. La relación entre la depresión y el estrés ha sido ampliamente documentada
La terapia de aceptación y compromiso ha aportado también nueva luz a la activación conductual. No se trata de que el paciente se active con cualquier acción que le pueda suponer un refuerzo, sino que han de activarse para perseguir sus valores, que son acciones que son reforzantes en sí mismas.
Existen otras terapias que se han mostrado eficaces en el tratamiento de la depresión como la terapia de autocontrol de Rehm y la terapia de resolución de problemas.
La terapia de Rehm también tiene un componente fundamental en la activación conductual. Desde su perspectiva, las habilidades de autocontrol se consideran importantes para asegurar que un individuo consiga refuerzo externo. También lo son para reaccionar ante el fracaso, ya que permiten persistir o cambiar la conducta que va dirigida a al objetivo que se pretende.
Las personas con depresión se fijan más en las consecuencias inmediatas de su conducta, despreciando las consecuencias a largo plazo más positivas. Estas personas pueden también ser muy exigentes consigo mismos y consecuentemente fallan en conseguir sus objetivos demasiado elevados y se autorefuerzan con muy poca frecuencia, mientras que se autocastigan muy frecuentemente. El tratamiento, según esta terapia consiste en dotar a los pacientes en habilidades de autocontrol para avanzar en los objetivos importantes y participar más en conductas que sean reforzantes
La terapia de resolución de problemas, no solamente enseña a los pacientes a resolver problemas, sino que su eficacia reside en cambiar la forma en la que se enfrentan a los problemas, considerándolos como un reto y una posibilidad de mejorar, en lugar de hechos sobre los que no se tiene demasiado control y hay que soportarlos. De nuevo, un componente de esta terapia es dar al paciente la capacidad de activarse y actuar para conseguir sus objetivos.
En cualquier caso, el punto fundamental de todo tratamiento cognitivo conductual es el análisis funcional, que indica cuales son los procesos que mantienen la depresión. Dependiendo del resultado del análisis se puede planificar el tratamiento. Así Rhem afirma que para personas que están inactivas la activación conductual será efectiva, para algunos que tengan problemas de asertividad y estén sufriendo y deprimidos por ello, el entrenamiento en asertividad será lo adecuado, para otros será la resolución de problemas, otros tendrán múltiples problemas que han de ser tratados de forma secuencial. Hay que diseñar un tratamiento específico para cada persona.
La terapia dinámica breve también ha empezado a dar resultados que pueden ser contrastados. La terapia de pareja para la depresión también ha demostrado su eficacia.
Trata la depresión como una enfermedad asociada a una disfunción en las relaciones personales significativas.
Las disfunciones que tiene en cuenta son:
Aunque un médico psiquiatra puede ser el mas idoneo para el manejo de esta condición, es fundamental descartar diagnosticos diferenciales de causas organicas por un neurólogo por lo que el trabajo en equipo resulta trascendental cuando de abordar depresion se trata, cuya incidencia en guatemala va en aumento por aspectos socioeconomicos principalmente.
Las decisiones terapéuticas dependen de cuánto afecte el trastorno de ansiedad generalizada tu capacidad de desenvolverte en la vida diaria. Los dos tratamientos principales para el trastorno de ansiedad generalizada son la psicoterapia y los medicamentos. Posiblemente, lo más beneficioso para ti sea una combinación de ambos. Puede que sea necesario probar para descubrir cuáles tratamientos funcionan mejor para ti.
También conocida como «terapia conversacional» o «terapia psicológica», la psicoterapia consiste en el trabajo con un terapeuta para disminuir los síntomas de ansiedad. La terapia cognitiva conductual es la forma más efectiva de la psicoterapia para el trastorno de ansiedad generalizada.
En general, como un tratamiento a corto plazo, la terapia cognitiva conductual se centra en enseñar habilidades específicas para controlar directamente las preocupaciones y ayudarte a retomar gradualmente las actividades que evitas debido a la ansiedad. A través de este proceso, tus síntomas mejoran a medida que construyes sobre el avance inicial.
Se usan varios tipos de medicamentos para tratar el trastorno de ansiedad generalizada, como los siguientes. Habla con tu médico sobre los beneficios, los riesgos y los posibles efectos secundarios.
Mientras que la mayoría de las personas con trastornos de ansiedad necesitan psicoterapia o medicamentos para controlar la ansiedad, los cambios en el estilo de vida también pueden marcar la diferencia. A continuación, encontrarás lo que puedes hacer:
A continuación encontrarás lo que puedes hacer para afrontar el trastorno de ansiedad generalizada:
Actualmente la enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero sí se puede controlar de forma muy eficaz. Se conocen muchos aspectos del proceso neurodegenerativo subyacente a la enfermedad, pero los tratamientos que lo modifican todavía están en fase experimental. Por lo tanto, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson actual se dirige únicamente a mejorar los síntomas derivados de la pérdida y muerte neuronal. Como consecuencia de esto, los afectados de párkinson deben ingerir estos fármacos antiparkinsonianos de por vida, según la dosis y combinación de medicamentos que su neurólogo considere más adecuado para su caso en particular.
En la enfermedad de Parkinson el tratamiento va dirigido tanto el control de los síntomas motores como al de los no motores, pues a veces estos últimos son incluso más incapacitantes. Al inicio de la enfermedad predominan los síntomas motores que responden a levodopa. En el caso de la enfermedad de Parkinson avanzada los problemas a resolver son las fluctuaciones de estado motor y no motor derivadas de la neurodegeneración y de la medicación dopaminérgica, así como síntomas motores y no motores que no responden a levodopa.
continuación presentamos, sólo a título orientativo, un resumen de los principales grupos de medicamentos útiles en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Estos tratamientos mejoran solamente los síntomas motores derivados del déficit dopaminérgico (en particular: temblor, rigidez y bradicinesia). Además se revisan los principales grupos de fármacos para el control de los síntomas no motores de la enfermedad.
Medicamentos basados en la dopamina
La utilización a partir de los años 60 de la levodopa (sustancia que se transforma en dopamina una vez llega al cerebro) significó un gran avance en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Las medicinas que aportan levodopa al organismo mejoran todos los síntomas motores cardinales, ya que tienen la virtud de suplir el déficit del neurotransmisor dopamina que padecen las personas con párkinson. En muchos pacientes el tratamiento con levodopa mejora de forma importante los síntomas relacionados de la enfermedad.
Se suele añadir a la levodopa un inhibidor periférico de dopa-descarboxilasa (carbidopa o benseracida) una enzima que evita la conversión en sangre de la levdopa a dopamina. De esta manera conseguimos incrementar la duración de la levodopa en plasma y disminuir los efectos secundarios de esta al evitar su degradación a dopamina fuera del cerebro. Se ha desarrollado una formulación de levodopa que administra junto con un inhibidor de la COMT (entacapone) en una misma pastilla. Con esta formulación se mejora la biodisponibilidad de la levodopa en el cerebro y de esta manera se logra disminuir los síntomas de deterioro de fin de dosis y mejorando, en algunos casos, el control de la sintomatología motora de los pacientes.
Los pacientes reciben un importante beneficio con el tratamiento de levodopa durante unos 5-7 años, pero luego aparecen complicaciones motoras derivadas del tratamiento:
• Fenómenos on/off (desaparición/aparición muy brusca de los síntomas propios del párkinson).
• Off matutino: retardo en hacer efecto la primera dosis de mañana.
• Deterioro fin de dosis (wearing off): disminución del efecto de la medicación entre tomas.
• Discinesias (movimientos involuntarios anormales): que suelen aparecer durante el máximo efecto de la levodopa.
Agonistas dopaminérgicos
Son fármacos que estimulan los receptores dopaminérgicos. Estos fármacos aparte de estimular estos receptores, tienen actividad sobre otros sistemas neuroquímicos, principales responsables de sus efectos secundarios o de la mejoría de síntomas no motores, como la depresión.
Son el tratamiento de elección de muchos neurólogos en el paciente con enfermedad de Parkinson de inicio temprano, sobre todo en pacientes jóvenes. La utilización de estos fármacos se hace con la finalidad de retrasar el inicio de levodopa. Los agonistas dopaminérgicos, aunque en menor grado que la levodopa, producen complicaciones motoras a largo plazo aunque también son menos eficaces en el control de los síntomas motores. El avance de estos fármacos ha sido el conseguir una estimulación dopaminérgica continua, lo que permite en pacientes de inicio temprano una estimulación más fisiológica (teóricamente, a la largo plazo evitaría la aparición de complicaciones del tratamiento) y, en pacientes más avanzados, permite controlar de forma más eficaz las fluctuaciones motoras.
Estos fármacos se administran vía oral, transdérmica o subcutánea. Los dos agonistas orales de primera elección son el pramipexol y el ropirinol. Ambos tienen contrastada eficacia y de ambos hay comercializada una forma de liberación prolongada que permite una sola administración diaria. Esta nueva forma de administración permite una estimulación dopaminérgica continua y una mayor comodidad en la posología.
La administración transdérmica de agonistas es posible con la rotigotina en parches que permite una estimulación dopaminérgica continua y, en pacientes con disfagia o en ayunas, es una forma de poder administrar tratamiento (por ejemplo en pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas…).
La apomorfina es el agonista más potente que existe en la práctica clínica. Cuando se administra en una única dosis su efecto empieza muy rápido y dura muy poco. Solo es posible su administración subcutánea. El tratamiento intermitente con apomorfina administrada con un bolígrafo vía subcutánea se utiliza para mejorar de forma rápida los fenómenos off en determinados pacientes.
Los efectos secundarios de los agonistas dopaminérgicos son similares a los de la levodopa pero más frecuentes.
Los derivados de la estimulación periférica (no cerebral) de los receptores dopaminérgicos son náuseas, vómitos, hipotensión ortostática, mareo y, los derivados de la estimulación cerebral son alucinaciones, psicosis y somnolencia excesiva. Es de destacar que en determinados pacientes estos fármacos pueden producir trastorno de control de impulsos (hiperfagia, hipersexualidad, ludopatía y compras compulsivas). Estos síntomas detectados precozmente pueden desaparecer al reducir la dosis de los fármacos.
IMAO-B. Inhiben una enzima que degrada la dopamina llamada mono-amino-oxidasa, por lo que mantienen activa la dopamina más tiempo en el cerebro. Estos son eficaces en todos los estadios de la enfermedad, desde la monoterapia en la enfermedad de Parkinson incipiente al tratamiento complementario en los pacientes con enfermedad avanzada y con fluctuaciones motoras.
Sus efectos positivos sobre los síntomas parkinsonianos son solo leves pero se le atribuye un posible efecto modificador del curso de la enfermedad, aunque esto está en debate. Se usan de forma frecuente en monoterapia en la enfermedad de Parkinson incipiente que no produce discapacidad al paciente.
Son fármacos bien tolerados, con mínimos efectos secundarios pero pueden aumentar los efectos secundarios de la levodopa cuando se administran conjuntamente.
Son tres fármacos los actualmente comercializados en esta función:
ICOMT. Bloquean otra enzima que degrada la dopamina llamada catecol-o-metil-transferasa. No tienen efectos administrados solos, hay siempre que administrarlos asociados a levodopa. Mejora sensiblemente los síntomas antiparkinsonianos, lo que permite reducir a veces notablemente la dosis diaria de levodopa.
El entacapone se administra conjuntamente con cada dosis de levodopa; El tolcapone es más potente, aunque solo se puede administrar si al paciente se le somete a vigilancia estricta debido al riesgo de daño hepático grave que puede ocurrir en los primeros meses de la administración. Opicapone se administra una sola vez por la noche, es bien tolerado y de eficacia ligeramente superior al entacapone.
AMANTADINA. Es un antiguo fármaco antiviral, al que se le descubrió que tenía un discreto efecto antiparkinsoniano y un llamativo efecto reductor de las molestas discinesias.
Medicamentos anticolinérgicos
Este grupo de fármacos inhiben la actividad de otro neurotransmisor conocido como acetilcolina, cuyos efectos son opuestos a la dopamina. Son efectivos sobre el temblor, menos sobre la rigidez, y poco sobre la bradicinesia. Los numerosos efectos secundarios los hacen poco atractivos para las personas mayores: visión borrosa, estreñimiento, pérdida de memoria, sequedad de boca, ginecomastia, edema y desorientación. Estos fármacos se suelen reservar para pacientes jóvenes en los que predomina el temblor o la distonía.
Sistemas de infusión farmacológica continua
Los pacientes con enfermedad de Parkinson avanzada padecen fluctuaciones motoras complejas y discinesias graves. Los fármacos administrados mediante infusores o bombas de perfusión suponen una aproximación a la estimulación dopaminérgica continua, que es la mejor estrategia en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson con fluctuaciones motoras. La reducción de la variabilidad de los niveles de levodopa en sangre produce una reducción de las fluctuaciones motoras y una mejoría de las discinesias, según los resultados de los ensayos clínicos disponibles.
Estos fármacos reducen considerablemente el tiempo off diurno y permiten reducir o retirar del todo la medicación antiparkinsoniana.
Existen dos sistemas disponibles en la actualidad:
Las operaciones neuroquirúrgicas solo están indicadas en casos muy determinados de enfermos de párkinson (no más del 20 por ciento son buenos candidatos). Es el equipo de médicos y neurólogos el que debe seleccionar tales candidatos, después de un estudio detallado y riguroso de cada caso. Dicha tecnica ya disponible en guatemala.
El diagnostico de los enfermos de Alzheimer cada vez va mas en aumento en guatemala, es muy importante conseguir un retardo en la evolución de la enfermedad. Uno de los efectos que el Alzheimer provoca es el de la progresiva pérdida de las capacidades cognitivas y es en éstas en las que las personas que cuidan al enfermo deben incidir.
Para ello, hay que adoptar una actitud activa a la hora de estimular al enfermo de Alzheimer. Existen sencillos ejercicios, tanto físicos como mentales, que contribuyen a frenar el empeoramiento de las capacidades cognitivas. Con ello, se consigue, entre otras cosas, mantener capacidades mentales, mejorar el rendimiento funcional y cognitivo o incrementar la autonomía personal en las actividades diarias.
Técnicas para mejorar la memoria
El trabajo se orienta a ejercitar y mejorar tanto la memoria reciente, como favorecer el mantenimiento de recuerdos más lejanos.
Técnicas para estimular la orientación
Tanto para mejorar el conocimiento que el enfermo de Alzheimer tiene sobre el ámbito espacio-temporal en el que se desenvuelve, como los datos sobre la propia persona.
La técnica más sencilla es la de realizar al paciente preguntas básicas para mejorar la orientación en tres sentidos: temporal, espacial y personal.
Esta técnica se refuerza mediante el uso de ayudas gráficas como calendarios, relojes o mapas, para ayudar así también a mejorar el nivel de atención.
Técnicas para estimular el lenguaje
Para optimizar la capacidad verbal del paciente debe trabajarse tanto en el lenguaje oral como escrito. Los ejercicios encaminados a estimular esta área son:
Técnicas para mejorar las gnosias
Se debe ejercitar la percepción y reconocimiento tanto de formas como de características físicas de personas y objetos, de forma visual, táctil y auditiva. Algunos ejercicios a tener en cuenta son:
Técnicas para mejorar las praxias
Para trabajar las capacidades práxicas del enfermo de Alzheimer se debe aprovechar sus gustos personales y aficiones y buscar tareas aplicables a su vida diaria.
Existen una variedad de enfermedades responsables de la fuerza muscular aunque en guatemala se cuenta con la limitante de no disponer de muchos de los estudios moleculares a costos accesibles una de las patologias mas frecuentes y que tiene una terapeutica farmacologica accesible es la miastenia gravis, desafortunadamente, no es inusual que ocurra un retraso de uno o dos años en el diagnóstico de los casos de miastenia gravis. Debido a que la debilidad es un síntoma común de muchos otros trastornos, el diagnóstico no se realiza a menudo en personas que presentan debilidad leve o en individuos cuya debilidad se presenta solamente en algunos músculos.
Los primeros pasos para diagnosticar la miastenia gravis incluyen una revisión del historial médico del individuo, y exámenes físicos y neurológicos. Los síntomas que un médico debe tratar de hallar son una debilitación de los movimientos del ojo o la debilidad muscular sin que se presenten cambios en la capacidad sensorial del individuo. Si el doctor sospecha que se trata de miastenia gravis, existen varias pruebas para confirmar el diagnóstico.
Un análisis de sangre especial puede detectar la presencia de moléculas o de anticuerpos inmunes de los receptores de acetilcolina. La mayoría de los pacientes que padecen de miastenia gravis presentan niveles anormalmente elevados de estos anticuerpos. Sin embargo, los anticuerpos no pueden ser detectados en pacientes que presentan la forma ocular de la enfermedad.
Existe otra prueba llamada la prueba del edrofonio. Este esquema requiere la administración intravenosa de cloruro de edrofonio o Tensilon(r), un medicamento que bloquea la degradación (interrupción) de la acetilcolina y aumenta temporalmente los niveles de acetilcolina en las uniones neuromusculares. En individuos que padecen de miastenia gravis en los músculos oculares, el cloruro de edrofonio tiende a aliviar transitoriamente la debilidad. Otros métodos para confirmar el diagnóstico incluyen una versión del estudio de la conducción nerviosa que examina el nivel de fatiga de un músculo en específico mediante una estimulación repetida de los nervios. Esta prueba registra respuestas de debilitamiento muscular cuando los nervios se estimulan en forma repetida y ayuda a distinguir entre trastornos nerviosos y los trastornos musculares. La estimulación repetida de los nervios durante un estudio de conducción nerviosa puede demostrar disminuciones en el potencial de acción muscular debidas a un deterioro en la transmisión del nervio al músculo.
Otra prueba adicional se conoce como electromiografía de fibra simple (EMG, en la cual ciertas fibras del músculo son estimuladas por impulsos eléctricos y se puede también detectar un deterioro en la transmisión del nervio al músculo. El EMG mide el potencial eléctrico de las células del músculo. Las fibras musculares en casos de miastenia gravis, así como en otros trastornos neuromusculares, no responden muy bien a estímulos eléctricos repetidos si se compara con los músculos de individuos normales.
La tomografía computarizada (CT por su sigla en inglés) o la resonancia magnética (MRI por su sigla en inglés) se pueden utilizar para identificar una glándula del timo anormal o la presencia de un timoma.
Una prueba especial llamada prueba de la función pulmonar-que mide la fuerza de la respiración-ayuda a predecir si pueden presentarse fallas en la respiración y conducir a una crisis miasténica.
Actualmente, la miastenia gravis puede ser controlada. Existen varias terapias disponibles para ayudar a reducir y mejorar la debilidad muscular. Los medicamentos utilizados para tratar el trastorno incluyen los agentes anticolinesterasa, tales como la neostigmina y piridostigmina, que ayudan a mejorar la transmisión neuromuscular y a aumentar la fuerza muscular. Drogas inmunosupresoras tales como la prednisona, la ciclosporina y la azatioprina también pueden ser utilizadas. Estos medicamentos mejoran la fuerza muscular suprimiendo la producción de anticuerpos anormales. Deben ser utilizadas con un seguimiento médico cuidadoso porque pueden causar efectos secundarios importantes.
La timectomía o la extirpación quirúrgica de la glándula del timo (que es anormal en los pacientes que padecen de miastenia gravis), mejora los síntomas en más del 50 por ciento de los pacientes que no presentan timomas y puede curar a algunos individuos, posiblemente reequilibrando el sistema inmunológico. Otras terapias utilizadas para tratar la miastenia gravis incluyen el plasmaféresis, un procedimiento en el cual se eliminan de la sangre los anticuerpos anormales y altas dosis de inmunoglobulina por vía intravenosa, que modifica temporalmente el sistema inmunológico y proporciona al cuerpo los anticuerpos normales provenientes de transfusiones de sangre. Estas terapias se pueden utilizar para ayudar a individuos durante períodos de debilidad especialmente difíciles.
Un neurólogo, determinarán cuál opción de tratamiento es la mejor para cada individuo dependiendo del grado de debilidad, cuáles músculos se ven afectados y la edad del individuo y otros problemas médicos relacionados.